sábado, 30 de agosto de 2008

¿Tan poco vales que tienes que pagar?


Mi insomnio voluntario me lleva a ver las distinatas paginas digitales de noticias y me he encontrado con la ya conocida por televisión de que en Sevilla, ha comenzado una campaña por parte del ayuntamiento contra la prostitución.
Esta profesión, una de las más antiguas del mundo, suscita diversidad de opiniones en el momento actual, hagamos un analisis:
  1. Ciertas adicciones, caras adicciones, hacen que los adictos como medio para sufragarla tenga que recurrir a la prostitución; conociendo el grado de degradación que estas adicciones provocan, lo que producen es una prostitucion marginal que es desempeñada en cualquier lugar y sin la infraestructura necesaria para que los contactos se realizen con el minimo de seguridad e higine necesarios, estos terminos, los de seguridad e higien, son utilizados en todos los sectores laborales, por lo que habiendo una transacción economica en cierta medida estamos profesionalizando este sector.
  2. Permitir zonas de realización de la prostitución de forma continua o en determinados horarios, hace que en estas el indice de incidentes aumente, porque la mayoría entraría dentro de la prostitución marginal, provocando que los vecinos de la zona vean amenzada su libertad como ciudadano a no poder ejercerla ante la amenza de incidentes.
  3. Como en todo en lo que hay dinero de por medio, la prostitución hace posible que avispados creen sus propias redes aprovechando la inmigración y los problemas que presentan determinados paises, por lo que aparece una nueva forma de esclavitud que pasa inadvertida, ya que personalmente no he visto nunca a una asociación proderechos humanos que se haya manifestado en los barrios rojos, o en los clubs de carretera por lo menos revindicando la regulación de dicho colectivo, lo mismo me equivoco pero he visto campañas muy loables sobre otro tipo de marginación pero sobre esto nada.
  4. ¿Es razonable que una campaña como la realizada en Sevilla, culpabilice a los usuarios de este tipo de servicio del hecho en sí,? como digo vemos que el hecho de prostituirse es una manera muy antigua de obtener ingresos, y vemos que a largo de la historia los favores sexuales se han llevado a cabo en todos los niveles para obtener un determinado beneficio que no solo tiene que ser económico, al mismo tiempo que la peor tortura es la violación.
Creo que el legislador debería regularla haciendo posible que no todos puedan ejercerla, y los que lo hagan lo realizen con unos minimos tanto estructurales como económicos, evitando así que la via pública sea el centro de trabajo en perjuicio de otros ciudadanos. Igual que se esta luchando con las mafías que se traen a los inmigrantes en pateras, y por los que cobran una cantidad importante, habría que luchar contra contra la trata de mujeres, creando los centros adecuados y donde las profesionales ejercezan sin coacción alguna y por propia voluntad, publicando unas tarifas minimas pero dignas, como tienen otros profesionales.
Sobre los que pagan, hace ya algún tiempo, lei que en un país nordico, que el estado pagaba a las prostituas para que prestaran sus servicios a personas que por circunstancias determinadas no eran capaces de tener relaciones por ellos mismos, o tenía muy pocas, por lo que era una menera de velar por su salud mental.
Por lo tanto la regulación y legalización de este colectivo, sería el paso esencial para evitar los problemas actuales, y aunque siempre habrá quien la ejerza bajo banda, determinar un sistema de sanciones que hagan que esta práctica fuera de su regulación tenga sobre todo una importante repercusión económica.
Se podría entrar en lo que es la dignidad de las personas, ya que verdaderamente lo que se esta haciendo es venderse uno mismo, pero ya que no lo vamos a evitar, creo que la dignificación es que dicho ejercicio se realize con toda libertad.
¿Ustedes que piensan?

1 comentario:

celebrador dijo...

No lo he usado nunca (es cierto), pero me parece un servicio de lo más honesto en principio

Venden algo bien tangible (un rato de placer), no como "otras" profesiones